Hola!
Bienvenid@ a una nueva historia de la serie “Presume de Peloso”, un email mensual con uno de los pelosos que han pasado por el estudio.
Hoy tengo el placer de presentarte a Amy , una perrita cuya historia nos recuerda cómo el destino, la amistad y el amor por los animales pueden cambiar vidas.
La historia de Amy: Una conexión que comenzó en Bali
Todo comenzó hace casi dos años, en un retiro de empresarias en Bali. Allí conocí a Cristina, la mamá humana de Amy. Fue una experiencia profunda desde el principio, ya que nos tocó hacer todas las actividades como pareja. Entre conversaciones y momentos compartidos, descubrimos que vivíamos muy cerca en nuestra ciudad. Fue una de esas conexiones que sientes que están destinadas a suceder.
Por aquel entonces, Cristina estaba en un momento de transición, dejando su trabajo y replanteándose su vida. Fue durante ese retiro cuando tomó una decisión importante: quería adoptar un perrito. A su vuelta de Bali, emocionada, me contó su idea. No dudé ni un segundo en darle el contacto de Pilar, la increíble mujer, rescatista particular, detrás de Acogiendo Peludos, una página y perfil de Instagram dedicada a buscar hogares para perros que necesitan ser adoptados.
Cristina comenzó a seguir a @Acogiendo.Peludos en Instagram, donde veía continuamente perritos que le encantaban, pero no terminaba de tomar la decisión de adoptar. Sentía mucho respeto por el compromiso que implicaba dar ese gran paso. Sin embargo, todo cambió una noche cuando vio las fotos de Amy y sus hermanitos. Fue un flechazo instantáneo: ¡se volvió loquísima! Aquella misma noche, a las once y media, escribió a Pilar para preguntarle si era posible adoptar a uno de ellos. Fue entonces cuando hablaron y, poco tiempo después, Cristina tomó la decisión definitiva de adoptar a Amy, una cachorrita diminuta, de solo dos meses y 1,5 kilos de puro amor.
El primer encuentro de Amy con su hogar
Recuerdo ese momento como si fuera ayer. Llegamos a casa de Cristina con Amy, y la pequeña estaba muy asustada. No quería salir de su jaula. Fueron necesarias paciencia y mucho amor para que comenzara a confiar y explorar su nuevo hogar. Pero Cristina, con su cariño incondicional, hizo que Amy creciera como una perra feliz.
Una sesión inolvidable
Unas semanas después, con Amy ya algo más acostumbrada a su nueva vida, decidí hacerle su primera sesión de fotos. ¡Qué aventura! Amy no paraba quieta ni medio segundo, pero aun así conseguimos unas fotos preciosas que capturaron su energía y encanto. Desde entonces, hemos hecho muchas más sesiones juntas, y cada una es especial.
Hoy, Amy tiene un año y medio y pesa catorce kilos. Es tan adorable como el primer día, aunque ahora es una perrita confiada, alegre y muy juguetona. Para mí, no solo es una de mis modelos favoritas, sino que también tengo el honor de ser oficialmente su madrina.
Conoce más sobre Milán
• Nombre: Amy
• Raza: Mestiza, bodeguera
• Nacimiento: 2023
• Pasión: Jugar, correr y dar besitos (y mordisquitos)
• Vive en: Madrid
Amy es el ejemplo perfecto de cómo el amor y una conexión especial pueden cambiar la vida tanto de una persona como de un peludo. En Pelosos, estamos orgullosos de haber capturado algunos de esos momentos únicos en el estudio.