No te preocupes si tu peloso no sabe posar o si es demasiado nervioso o asustadizo.
Durante la sesión trabajamos con chuches y otros estímulos visuales o sonidos, para conseguir que los pelosos se coloquen para las fotos. Lo hacemos todo en un ambiente distendido, con absoluto respeto y dando total prioridad al bienestar del animal, así como respetando sus tiempos. No les obligamos a nada, ni hacemos cosas que les puedan molestar. Normalmente es cuestión de tiempo (y paciencia).